Tras una laringectomía o traqueotomía, los pacientes quedan incapacitados de forma permanente o temporal para respirar por la laringe, la boca y la nariz. Esto también va acompañado de una pérdida de función en el tracto respiratorio superior.
Los intercambiadores de calor y humedad (HME) sustituyen determinadas funciones nasales humedeciendo, calentando y filtrando el aire respirable y favoreciendo el proceso de recuperación pulmonar.